DESÓRDENES MENSTRUALES RELACIONADOS CON EL EJERCICIO FÍSICOS NO COMPETITIVO Y EL ESTADO NUTRICIONAL

Abstract

[ES] Introducción: La prevalencia de desórdenes menstruales genera un aumento de consultas ginecológicas. La práctica de ejercicio físico buscando el mantenimiento de una forma física puede generar un estado nutricional inadecuado. Objetivo: Determinar la asociación entre ejercicio físico no competitivo, estado nutricional y trastornos menstruales. Método: Se realizó un estudio observacional analítico sobre mujeres en edad reproductiva en Jaén. Se recogió información de variables sociodemográficas, ginecológicas, del estado nutricional y de actividad física, utilizando el Cuestionario Internacional de la Actividad Física. Los datos se analizaron con el programa estadístico STATA versión 12. Resultados: Participaron 122 mujeres, el 50% manifestaron que realizaban ejercicio físico. La prevalencia de alteraciones menstruales se situó en el 53.28%. Se detectó que el estado civil, las horas semanales dedicadas al ejercicio físico, y el nivel de actividad tenían asociación con la presencia de alteraciones menstruales (p˂0.05). Conclusión: El ejercicio físico no competitivo favorece los desórdenes menstruales.

[EN] Introduction: The prevalence of menstrual disorders leads to an increase in gynecological consultations. The practice of physical exercise seeking the maintenance of a physical form can generate an inadequate nutritional status. Objective: To determine the association between uncompetitive physical exercise, nutritional status and menstrual disorders. Method: An observational, analytical study was carried out on women of reproductive age in Jaén. Data were collected on sociodemographic, gynecological, nutritional status and physical activity variables using the International Questionnaire on Physical Activity. Data were analyzed using the statistical program STATA version 12. Results: Twenty-two women participated, 50% said they were exercising. The prevalence of menstrual alterations was 53.28%. It was detected that the marital status, the weekly hours dedicated to the physical exercise, and the level of activity were associated with the presence of menstrual alterations (p0.05). Conclusion: Noncompetitive physical exercise favors menstrual disorders.